Opinión

El casamiento igualitario y el mito Merkel

por Alberto Galeano

La legalización del matrimonio igualitario en Alemania es una prueba del pragmatismo que muestra la canciller Angela Merkel para ganar las elecciones federales del 24 de septiembre y lograr un cuarto mandato consecutivo.

A pesar de votar en contra de esta iniciativa en el Parlamento, la jefa del gobierno alemán se manifestó en los últimos tiempos más flexible para que sea discutida esta propuesta, presentada por los socialdemócratas (SPD), junto con los verdes y la izquierda.

Lo cierto es que Merkel siempre rechazó el matrimonio igualitario desde que se convirtió en canciller en 2005.

Pero en esta oportunidad dio libertad a sus votantes.

Si logra finalmente ser reelegida, igualará el récord de su mentor Helmut Kohl que permaneció dieciséis años en el gobierno.

Antes de que se llevara a cabo la votación en el Parlamento (Bundestang), tres partidos -entre ellos los socialdemócratas y los verdes- que podrían ser potenciales socios de Merkel advirtieron que solo negociaran una posible alianza si la legalización del matrimonio igualitario está incluido en el programa de gobierno.

En su primer mandato (2005-2009) Merkel gobernó con los socialdemócratas; en el segundo (2009-2013) junto a los liberales y en el tercero (2013-2017) de nuevo al lado del SPD.

“Conozco a muchas personas en la CDU (demócratas cristiano), y me incluyo, que reflexionamos sobre este tema, y pensamos que los valores (de las parejas homosexuales) son los mismos, aunque de alguna forma crecimos con la creencia de que el matrimonio es entre un hombre y una mujer”, dijo Merkel en un coloquio de la revista femenina Brigitte en Berlín.

Con todo, Merkel cambió radicalmente su opinión sobre la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, a la que antes se oponía, siguiendo la tradición familiar.

Alemania legalizó la unión de las parejas del mismo sexo en 2001, bajo el gobierno del SPD y los verdes.

Ahora, la noticia de su aprobación fortalece las posibilidades de Merkel para ganar un nuevo periodo de gobierno, a una semana de que se inicie en Hamburgo la cumbre del Grupo de los 20 (G20) países más desarrollados del mundo.

El encuentro focalizará la discusión sobre el Acuerdo del cambio climático de París.

A esta cumbre asistirá el presidente estadounidense, Donald Trump, quien retiró a Washington de este pacto firmado el 12 de diciembre de 2015 por 195 países en la capital francesa.

Fortalecida en el plano doméstico, Merkel se prepara para una larga discusión con el magnate neoyorquino. Por eso la canciller alemana no pierde el tiempo: el jueves habló de este tema en parlamento, sin nombrar a Trump.

“Aquellos que creen que el proteccionismo y el aislacionismo son la solución para los problemas del mundo cometen un grave error”, afirmó la jefa del gobierno alemán.

Trump, por otra parte, considera a dicho pacto (firmado por el ex presidente Barack Obama) como “debilitante, desventajoso e injusto” para Estados Unidos.

“Merkel será reelegida. No hay ninguna posibilidad de que otro candidato pueda arrebatarle otro mandado”, dijo por teléfono a Télam desde Baviera, en el sur de Alemania, el consultor en Comunicación argentino, Franco Delle Donne.

Este analista es coautor del libro “Factor AfD (Alternativa para Alemania, de la líder Frauke Petri). El retorno de la ultraderecha a Alemania”, junto al periodista español Andreu Jerez.

“La esperanza socialdemócrata (con el candidato Martin Schulz, que brilló entre febrero y marzo), se terminó. La oposición cometió muchos errores. En menos de un mes Merkel los igualó en las encuestas”, afirmó Delle Donne.

“Merkel es un mito. Ya superó las discusiones ideológicas. No hay otro personaje político. La gente prefiere no cambiar. Es imposible por ahora imaginar que otra persona pueda ocupar ese cargo. Hay chicos que van a votar por primera vez que nunca conocieron otro canciller que Merkel”, afirmó.

A menos de tres meses de las elecciones legislativas, la canciller alemana se ha convertido en una suerte de freno al lenguaje nacionalista y a veces xenófobo de Trump.

Merkel no solo defiende el Acuerdo de París, sino también el libre comercio que rechaza el mandatario norteamericano.

En la cumbre del G20, Alemania estará respaldada por el flamante presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Merkel, junto a este político liberal, busca impulsar la Unión Europea (UE) tras el retiro del Reino Unido de ese organismo regional.

Lo cierto es que la jefa del gobierno alemán sigue manejando las riendas de Alemania y también de la Vieja Europa.

Si en América latina un líder político buscara permanecer tanto tiempo en el gobierno como Merkel, de inmediato sería tildado de querer perpetuarse en el poder.

Sin embargo en Alemania existe otra mentalidad. Nadie, por ahora, parece ser mejor que esta mujer inteligente y afable.

Télam.

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